jueves, 25 de noviembre de 2010

Globalización y Gobernanza, Una Crítica

El texto denominado Globalización y Gobernanza: Las transformaciones del Estado y sus implicaciones para el Derecho Público (Contribución para una interpretación del caso de la guardería ABC), me pareció por demás interesante, y aunque no me despego mucho de mis ideas sobre cuales son los mecanismos y formas de buen gobierno, creo que es enriquecedor en asuntos y temas que iré desglosando durante este control de lectura.

El tema relacionado con la disolución del Estado, es una constante entre las diferentes posturas ideológicas que predominaron intensos debates durante los últimos 30 años. Por un lado una concepción neocapitalista, o liberalismos a ultranza que defendían con mas descalificaciones hacía el modelo estatista de los gobiernos de corte social, que el proponer una estrategia o estructura que modificara el patrón de distribución de la riqueza y con ello sus relaciones entre sociedad y gobierno.
El debate y los argumentos conocidos, solo se reducían a que si el estado benefactor costaba tanto en términos pecuniarios y que provocaba desequilibrios en su balanza fiscal, etc. Entonces los planteamientos eran, dejemos que el mercado haga su parte y regule la economía.
Por otro lado, y con un método mas crítico pero también estructurado en cuanto al formalismo lógico, pero que en cuanto al problema sobre cual era la mejor opción para un gobierno fuerte, pero eficiente; legitimado, pero incluyente; estable y garantista, no ofrecieron mas que la abolición de la propiedad privada y suprimir derechos básicos como la libertad de expresión, por ejemplo.

Sin embargo, y como ya lo expresé en mis lecturas anteriores, el capital desarrollo formas más ágiles de organización y encontró lugares de oportunidad para transmitir y socializar, en algunos casos imponer medidas que forzaran a adoptar medidas que le facilitaran su reproducción y acumulación. Y me refiero en específico a los organismos financieros internacionales, que so pretexto de contribuir al financiamiento internacional para la reconstrucción de la Europa devastada por las Guerras, modificaron el paradigma de gobiernos que sin consolidar estructuras que impulsaran su desarrollo humano, social, económico y político.
El FMI y el Banco Mundial surgen como resultado de los acuerdos de Bretton Woods en donde se discutió el panorama próximo en lo que respecta al financiamiento de las naciones. Ahí se abordaron y devinieron medidas, que si bien en países que habían desarrollado no solo una industria nacional regular y con un grado de politización mayor abordaron con cautela, fueron causando inercias sobre el desmantelamiento del Estado Social.
Décadas delante de la mitad del siglo XX surgieron otros organismos internacionales que no tenían la función de financiar, si no la de calificar que esas medidas que eran “recomendaciones” fueran instituidas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, fue tomando fuerza en tanto califica a naciones que recibían empréstitos de los dos anteriores, y que en sus cláusulas (letras chiquitas) hacían obligatorio el cumplimiento de dichas medidas.
Así pues, cobrada cierta fuerza por los organismos referidos. Las recomendaciones se transforman en lineamientos normativos, para continuar en el club del desarrollo.
Y conceptos como el de Gobernanza, Nueva Gestión Pública, en tanto denominaciones de formas y estilos de organización política, crecen y se fortalecen con discursos que no esconden su abierta visión empresarial.

Así tenemos que, conceptos como un Estado Gerencial, Indicadores de Gestión, Toma de Decisiones, Staff Organizacional, Headhunters, etc. se escuchen en naciones como la nuestra que no alcanzaron a desarrollar una industria básica, no tienen cubierto lo esencial en temas de salud y educación, y que significan una adopción al pie de letra, pero no alcanzaron a adecuarse a la realidad social. Y por eso es que a mi consideración suenan lejanos esos conceptos, aún y cuando pertenecemos a una sociedad capitalina que cuenta con mayores recursos de información y , en ese sentido permite formar un concepto mas abierto. Menos aún, en poblaciones y entidades que son predominantemente rurales.
Con todo ello, sigo considerando que la intención de incorporar en los asuntos públicos a las autodenominadas ONG, no es una idea sobrada, muy al contrario, la socialización de los asuntos públicos deben de pasar por la opinión, intervención y participación de la sociedad toda.

Sin embargo, la mayor parte de este tipo de organizaciones son promovidas y financiadas por empresas transnacionales que aprovechando su frágil y permisiva regulación, proponen su insertación en la vida pública, en condiciones desiguales al resto de la sociedad. Y me refiero al asunto de la contribución al erario, a la hacienda pública. Y no creo que sea aventurado preguntar, si algún ciudadano que participe de manera desinteresada, sin fines de lucro, de forma filantrópica, pero individualizado, ¿Debe pagar impuestos? Mi opinión es que , los estados de excepción o condiciones especiales, si pueden y deben existir, pero siempre y cuando, se enfoquen en atenuar las diferencias en grupos de ingreso.

Creo pues, que la creciente integración de sectores como los organismos no gubernamentales, cumplen con una función catalizadora y se justifican ocupando los vacíos que genera el Estado. Para quienes pensamos que éste debe cubrir funciones elementales, es obligación reiterar que se entiende y explica la construcción de este paradigma, sin embargo considero que muchas de las “nuevas” formas de organización social y política, habrá que mexicanizarlas, es decir, que pasen por procesos de adaptación y discusión aunque fuera en términos abstractos para contribuir a una forma de gobierno, mas humana y mas responsable.
El humanismo, es un tema que no se ha tocado en las lecturas y que puede explicarse por que, cabe en un concepto que no es cuantificable. Por ello, aunque no pretendo formular hipótesis sobre formas de gobierno, sino el revisar las que son materia de la asignatura, creo que los orígenes o la causa de su génesis, habrá que revisarlas con mayores elementos. Pues, ni el libre comercio , dejar hacer y dejar pasar, el neoclásico de Friedman, David Ricardo, Stuart Mill , ni el Keynesianismo, el Marxismo , ni la tercera vía inglesa y vitoreada en su inicio en la Gran Bretaña, han postulado los rasgos mas esenciales de humanismo.

Eso no se mide, eso no se convierte en indicador de gestión ni en ganancia privada, tampoco pasa por la propiedad colectiva de los medios de producción. Así pues, con conceptos que seguramente estarán cargados con ideología, pretendo contribuir a la discusión.

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